
Así que cuando nos enteramos que existía
un restaurante en el piso 41, por supuesto que no desaprovechamos la
oportunidad de ir a conocerlo, (aquí el primer consejo, haz reservación), al
llegar tienes que subirte al elevador que te lleva directo al mirador y después
cambiar a otro que te lleva hasta el restaurante. Obviamente la vista es
espectacular y nos da una perspectiva muy diferente al centro histórico que la
mayoría de nosotros hemos transitado infinidad de veces.

Un claro ejemplo es el “Pollo Relleno de
Queso de Cabra con Salsa de Jamaica” es algo único y espectacular por que además
viene cubierto por “Ajonjolí Tostado” que le da una textura y sabor realmente
especial al platillo, el siempre clásico “Filete a la Mostaza” es cocinado a la
perfección, pero además viene acompañado de “Papas y Camotes Rostizados” que combinan
perfecto con el intenso sabor de la mostaza.
La recomendación principalmente es la
experiencia de comer a gran altura viendo la maravillosa Ciudad de México
mientras atardece, por eso la importancia de la reservación previa, para
asegurar una mesa junto a las ventanas, también hay desayunos los fines de semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario